Pensar rápido, pensar despacio

En nuestro proceso de inversión, basado en identificar compañías baratas es sólo una parte del camino. Es necesario entender porqué el resto del mercado no ve lo que nosotros vemos. Daniel Kahneman nos ayuda a entender por qué un pensamiento a priori racional puede generar resultados incoherentes.

02/08/2018
Pensar rápido, pensar despacio

“La ilusión de que comprendemos el pasado alimenta el exceso de confianza en nuestra habilidad para predecir el futuro.”

Daniel Kahneman

Si algo hemos aprendido a lo largo de nuestra carrera profesional es que los inversores no tienen un comportamiento racional. Precisamente su irracionalidad, sus sesgos cognitivos así como otros factores psicológicos brindan continuamente oportunidades de inversión para aquellos inversores que logran mantener la calma y ser racionales. En nuestro proceso de inversión, basado en el value investing, identificar compañías baratas es sólo una parte del camino. Es necesario entender porqué el resto del mercado no ve lo que nosotros vemos, o dicho de forma más pretenciosa, por qué el resto del mercado se equivoca al fijar el precio. Daniel Kahneman, premio Nobel en Economía en 2002 (junto a Vernon L. Smith) nos ayuda a entender por qué un pensamiento a priori racional puede generar resultados incoherentes.

Kahneman explica con claridad conceptos tan importantes a la hora de invertir como son la la toma de decisiones, los errores de juicio, la intuición, la incertidumbre, la irracionalidad y la economía conductual (que estudia la intersección entre la economía y la psicología). A través de innumerables ejemplos, Kahneman explica que la heurística (atajos mentales para resolver un problema) nos conduce a menudo a razonamientos erróneos. Por ejemplo: un bate y una pelota cuestan 1,10€. El bate cuesta un euro más que la pelota. ¿Cuánto cuesta la pelota? Si su respuesta inicial es decir que 0,10€, habrá contestado mal, como la inmensa mayoría de la gente a la que le formulan esta pregunta. La respuesta correcta es 0,05€ y el motivo del error es que los atajos mentales no siempre nos conducen a respuestas acertadas.

Tras cinco décadas de estudio, Kahneman ha llegado a la conclusión de que nuestros cerebros procesan información usando dos sistemas muy diferentes. El Sistema 1 es rápido, intuitivo, emocional y opera sin apenas esfuerzo por nuestra parte. Por el contrario, el Sistema 2 es lento, reflexivo, racional y requiere un gran esfuerzo por nuestra parte puesto que exige concentración y evita utilizar atajos mentales en el proceso. Pensar de forma racional activa el Sistema 2, que consume mucha energía por lo que el modo por defecto con el que nuestro cerebro opera es el Sistema 1. La consecuencia de esto es que si no queremos cometer errores al razonar, debemos de tener cuidado de no dejarnos llevar por nuestro Sistema 1 y esforzarnos en resolver los problemas de manera lógica,dedicándoles mayor atención y esfuerzo.

Cuando a Charlie Munger -el socio de Warren Buffett- le pidieron que acotase a una sola palabra el secreto de su éxito como inversor, él dijo que era racional. Eliminar la irracionalidad a la hora de invertir es fundamental y, a diferencia de otros muchos factores ajenos a los inversores, es algo que está (parcialmente) bajo nuestro control. Pocos libros pueden ser más útiles para un inversor que uno que muestra lo poco racionales que son nuestras mentes. Sean inversores racionales (piensen despacio) y lean a Daniel Kahneman.


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