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Empezar con buen pie

Dar un buen primer paso es clave para poner en marcha tu estrategia de inversión. Los errores en las etapas iniciales se suelen arrastrar en el tiempo y cada vez son más difíciles de solucionar. Por este motivo, es fundamental tener un comienzo adecuado. Empezar con buen pie es la mejor ayuda para construir convenientemente tu cartera y obtener de ella todo su potencial.

26/06/2025
Empezar con buen pie

Dar un buen primer paso es clave para poner en marcha tu estrategia de inversión. Los errores en las etapas iniciales se suelen arrastrar en el tiempo y cada vez son más difíciles de solucionar. Por este motivo, es fundamental tener un comienzo adecuado. Empezar con buen pie es la mejor ayuda para construir convenientemente tu cartera y obtener de ella todo su potencial.

¿Por dónde empezar?

En BESTINVER, siempre recomendamos comenzar con una pregunta muy sencilla: ¿por cuánto tiempo quieres invertir tu dinero? Naturalmente, no hace falta dar una respuesta exacta. Invertir es mirar hacia el futuro y enfrentarse a cientos de imponderables que no se pueden predecir en el momento inicial.

Sin embargo, cualquiera puede estimar de manera aproximada su plazo. Basta con pensar si este puede ir de cero a dos años, de dos a cinco años o a más de cinco años. No hace falta ser más preciso. Con esto ya tendrías información suficiente para seguir construyendo tu cartera.

Cada plazo es diferente

Una vez que has establecido tu marco temporal, debes entender sus implicaciones. En finanzas, el tiempo determina la rentabilidad potencial de una inversión y la capacidad para recuperarse de cualquier oscilación coyuntural de los precios.

Cuando el plazo es inferior a dos años, los activos financieros no tienen mucho tiempo para generar valor. En consecuencia, las expectativas de un inversor a corto plazo deberían ser moderadas. Normalmente, estas suelen estar en línea con la inflación para mantener el poder adquisitivo del capital.

Por otro lado, tener un plazo tan corto no deja mucho tiempo para recuperar pérdidas si son abultadas. Así que, si necesitas invertir a menos de dos años, lo ideal es hacerlo en activos estables, predecibles y que oscilen poco –en lenguaje técnico, se emplea la palabra volatilidad para designar el nivel de oscilación de un activo–.

A medida que el plazo se amplía, el potencial de las inversiones y la capacidad para sobreponerse a la volatilidad aumentan. Como indica la historia, en periodos de hasta cinco años, los activos suelen tener tiempo para generar una cierta rentabilidad. Así que, ahora, además de proteger el poder adquisitivo del capital, se puede buscar un plus de retorno. En otras palabras, cuando se supera el corto plazo, un inversor puede aspirar a que su capital crezca por encima de la inflación.

Ese mayor rendimiento irremediablemente implica un aumento en las oscilaciones en los precios de los activos. Esta mayor volatilidad podría provocar pérdidas coyunturales de cierta entidad. Sin embargo, como indican diversos estudios , en cinco años habría suficiente plazo para recuperar esas caídas. Es esencial no ponerse nervioso y dejar que el tiempo haga su parte.

Por último, los inversores con plazos superiores a cinco años pueden aspirar a mayores retornos. A medida que el marco temporal se acerca a diez años, los activos financieros son capaces de generar más rentabilidad compuesta y hacer crecer el capital a tasas muy por encima de la inflación. En otras palabras, los inversores de largo plazo tienen el marco necesario para alcanzar la mayor acumulación del capital.

Estos activos tienen oscilaciones más fuertes aparejadas a su mayor rentabilidad potencial. Sin embargo, si están bien elegidos y se les concede el suficiente tiempo, pueden generar rentabilidades que compensen ampliamente las posibles caídas. La clave está en no recortar el plazo disponible y contar con una buena gestión.

En resumen, al establecer tu marco temporal, también estás fijando la rentabilidad potencial que podrán generar tus inversiones y su capacidad para sobreponerse a episodios puntuales de incertidumbre. Estos dos factores te ayudarán a establecer los activos en los que invertir tu cartera.

Una activo para cada plazo

Después de estructurar tu capital en diferentes plazos, puedes determinar los activos que mejor se adaptan a lo que explicamos en el punto anterior.

Como señalamos, tus inversiones a menos de dos años deben centrarse en activos de bajo riesgo y, por tanto, es normal esperar de ellos una rentabilidad reducida. La renta fija soberana, a corto plazo y con grado de inversión sería la mejor alternativa. Este es un activo de muy bajo riesgo, elevada liquidez y que debería proteger el poder adquisitivo de tu capital en plazos de dos años. Para más información, puedes consultar este enlace sobre Bestinver Corto Plazo —nuestro fondo dedicado a la renta fija a corto plazo—.

En plazos de dos a cinco años, la renta fija soberana a largo plazo y en la deuda corporativa históricamente han ofrecido una mayor rentabilidad. A cambio, estos activos tienen un poco más de riesgo que los anteriores. Cualquier inversor puede hacer la combinación de estos dos tipos de activos que mejor se adapte a su plazo temporal. Sobre la distribución entre ambos, cuanto más cercano a dos años sea tu plazo, mayor peso debería tener la deuda soberana, mientras que, si te acercas más a cinco años, la protagonista debería ser la deuda corporativa.

Si quieres más información sobre la deuda soberana a largo plazo, puedes consultar este vínculo a Bestinver Renta —nuestro fondo bandera de renta fija—. Si te interesa más la deuda corporativa, pincha aquí para visitar la sección de Bestinver Deuda Corporativa.

Por último, a más de cinco años, el activo adecuado es la renta variable. Esta es la opción con la mayor rentabilidad potencial. Sin embargo, también tiene oscilaciones más fuertes que las anteriores. Por este motivo, el compromiso con el largo plazo debe ser mayor. Has de recordar que el tiempo es lo que permite que las empresas generen valor y que sus cotizaciones superen cualquier bache puntual.

En esta sección de nuestra web puedes consultar toda la información de Bestinfond y Bestinver Internacional, nuestros dos mayores fondos.

Como ves, cada activo tiene un plazo idóneo. Por eso, para extraer el mayor potencial de cada uno y mantener el riesgo controlado, es imprescindible respetar la coherencia entre el marco temporal y el activo adecuado.

Por dónde no empezar

En BESTINVER creemos que definir el plazo temporal es un mejor primer paso que plantearse cuál es la rentabilidad deseada o estimar la pérdida máxima que te gustaría asumir. Cuando un inversor empieza preguntándose por la rentabilidad deseada, la respuesta mayoritaria es la máxima posible. Históricamente, esta se ha generado en renta variable. Por tanto, esta primera pregunta sesga a las carteras a una sobreexposición a la bolsa incluso para plazos cortos. Es decir, lleva a los inversores a asumir riesgos excesivos.

Por otro lado, cuando se comienza planteando las pérdidas asumibles, lo normal es que la respuesta apunte hacia los niveles más bajos posibles. Un nivel de riesgo tan bajo solamente se ha obtenido con la renta fija a corto plazo. En consecuencia, esto termina llevando a las carteras hacia un sesgo excesivamente conservador, incluso las que cuentan con un marco temporal largo.

Por tanto, para tener un proceso de construcción de cartera equilibrado, el plazo temporal debe ser el primer elemento en el que debemos pensar.

La casa por los cimientos

Uno de los mayores errores de los inversores al construir su cartera es que empiezan la casa por el tejado. En vez de preguntarse su marco temporal y entender sus implicaciones, se plantean directamente en qué fondos invertir. Irremediablemente, estas prisas los llevan a cometer errores que son muy difíciles de subsanar.

Nuestro consejo es que empieces a construir tu casa por los cimientos. Reflexiona. Huye de las prisas. Antes de suscribir un fondo de inversión, pregúntate por tu marco temporal y tus aspiraciones. De esta forma, el proceso de construcción de tu cartera será más robusto y se adaptará mejor a tus necesidades.

Las inversiones en fondos de inversión pueden conllevar riesgo de mercado de renta variable, de crédito, de tipo de interés y de divisa, de liquidez, de país, de derivado, de contraparte, de concentración geográfica o sectorial, así como de pérdida total de la inversión. Mas información sobre los riesgos asociados a la inversión aquí. Encontrarás los folletos completos, informes periódicos y los DFI de todos nuestros fondos en las páginas web www.bestinver.es y www.cnmv.es.
Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.

 


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